Complejidad alterna.

Escucharme sin palabras, soy mi propio silencio... Oculto en esta tragedia interna donde los valientes piden clemencia ante el mayor desastre que pudo crear tu mirada. Ni marrones, ni azules, ni verdes…En el fondo todos son negros. Ya no hay escapatoria cuando concibes que no hay vuelta atrás en el libro y sólo quedan los recuerdos de viejas páginas y la ilusión de no pasar de ésta sin haberla comprendido en su totalidad, pero tan sólo se queda en eso, una esperanza, un deseo… Un espejismo rozando los límites de aquella posible realidad que pocos llegarán a vivir. Y probablemente, aunque lo hicieran, no la llegarían a entender en  toda su complejidad. Tan alterna como siempre.
El cielo en mi cielo, mi luz en sus ojos… Una vida parece tanto tiempo...Y a mí me sigue pareciendo tan poco. A veces tan efímera que, de la misma manera, se vuelve imperecedera; consecuencias de discutir ante el espejo junto a un suicida curioso que sólo se limita a buscar el abismo más profundo para descubrir, aunque tan solo sea por un instante, lo que se esconde entre la inmensa oscuridad del fondo, el cual construyeron sus propias manos…
Nunca llegué a dominar el funambulismo pero lo sentía como una necesidad para seguir vivo. Ésta es la cuerda que separa nuestro binomio más temido. Mis sogas vocales haciéndose nudos por desatar los cabos sueltos.
Siempre necesité eso que me negaste aun siendo consciente de que, probablemente, nunca opté a tenerlo. Supongo que son las consecuencias de intentar encontrarme entre polos opuestos, de tirar el dado por ti cuando no eras tú quien lo apostaba todo…
Somos enfermos terminales de la vida, no supimos dar la cara cuando caímos de canto y poco a poco nos vimos perdiendo el norte otra noche, donde la luna se ocultaba de nosotros por temor a lo desconocido.. ¿Recuerdas quiénes fuimos? 

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