Media hora.

Reprimiendo el odio con cuatro gotas de 'te echo de menos', pero se nos fue de las manos.. Mejor lo recargo pero esta vez sin hielos, total, ningún fin justifica los medios.
Tan ebrio que mis nervios desconocen el equilibrio y van a juego conmigo. Conjuntando esos pasos que conducen al abismo con sus ojos que cayeron hace siglos y los impulsos de dejarlo todo mientras susurran: "No hallarás la ingravidez tras el siguiente movimiento, pero al menos seguirás vivo". Pero esa voz se acaba reverberando en el fondo de mi conciencia, y se pierde en la lejanía como un susurro en la ciudad en otra noche de tormenta. Hoy sólo puedo llover mientras padezco mis tormentas, pero nadie me recordó que debía construir un arca.
Hoy sólo camina pausada, Casiopea, escribiendo con luces tenues que la siga.. Y no pienso hacer otra cosa. Tan sólo con esa media hora creo el optimismo necesario para saber que el futuro no me alejará aún de sus brazos aunque acabará llevándome a su Hora y sólo soy un niño a su vera.

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