Caronte.
Espero mientras me pregunto cuánto le falta a Caronte para
recogerme. Quizá ni él acepte llevarse a un factor entrópico por miedo a lo
improbable.. Pero a cambio, le ofrezco mis mares para que navegue libremente
hasta que me ahogue. No tengo cómo pagarle, y ni siquiera mi alma serviría para
costearme el viaje, pero tengo que irme. Ya es demasiado tarde para quedarme.
Ya he perdido mi vida, espero que al menos sus brazos sirvan para consolarme.
me encanta la gente que deja restos de si en cualquier cosa que escribe
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