La última gota.

Olvidémonos.. Hasta que caiga la última gota y el mar vuelva a sabernos dulce. Aunque no deje de llover sobre él y aquel final jamás llegue. Dejemos de recordarnos como si fuese por nosotros y sólo quede un silencio mutuo ante una soledad amordazante; una tenue luz antes de volver a ver nuestro eclipse. La llama de aquellas noches en vela que jamás quisieron velar por nadie

Ahora tan solo sé libre.. Y líbrame a mí de todo lo que nos conlleve, porque nunca quise irme hasta tenerte pero no podré tenerme hasta que no dejes de irte. Renazco en este bucle entre el narcisismo y la incertidumbre, entre la autosuficiencia y mi labia para engañarme.
Pero la espiral sigue, y sigue, y sigue..
¿Hasta que punto debería importarme?
La verdad es que no lo sé, como tampoco tengo claro si realmente la espiral existe. Eso sí:

- Alquimia era verte convertir mi tiempo en oro al rozarme -

Ya sólo queda un árbol marchito dentro de la caja opaca, aún sin abrir, mientras el gato corretea despreocupado con más vidas a la espalda de las que podría permitirse.. En mi universo cuántico todo sigue siendo posible menos nosotros.
Por eso cierra el telón antes de que la actuación nos impida reconocer a los verdaderos actores; antes de confundir nuestros papeles y convertirnos simplemente en quienes nos pidieron ser.. Como si en el fondo fuésemos alguien.
Como si algo más que nosotros mismos nos importase.

Alza la mirada y deja que la lluvia nos limpie por última vez mientras el suelo se tiñe con tu carmín y sus maquillajes.. Todos volverán a ser iguales excepto nosotros, que seremos los de siempre.
Ecuaciones diferenciales sin ganas de integrarse. No importa si el resto no las entiende.
No importa si otras ecuaciones las pueden resolver, pues su solución nos pertenece..

Pero esta vez sólo mira al cielo y sé libre.. Como siempre quisiste, mientras dejas que llueva.
Hasta que caiga la última gota y nos olvide.