Desierto.
Fijé mi norte en
aquella luz
que fugaz quiso huir del cielo,
como un viejo cuento
envuelto en dolor;
Así el soñador quiso
ser sueño.
Viviendo entre
ironías, incrédulo…
Como que el temporal
nunca amaine;
Y como el péndulo vuelvo
al origen
aunque no cambie el
crimen del tiempo.
Desconocido en mi
propia carne
esbozo el horizonte
en mis huesos
hasta que la estrella
que rapta noches
pretenda llevarme a
su encuentro.
¡Quién calma mi sed
si estoy desierto!
¿Quién habita en mí
si ya no hay miedo?
La sombra del hombre
enfermo escapa
viendo entre capas la
culpa del dueño.
¿Quién le pondría
precio a su nombre
cuando el valor se
mide con hechos?
Será que el río no
entiende de cauces
por mucho que siga
fluyendo.
Yo he de reconocer que no sé mucho de poesía, una parte de mí sentía que estaba completamente paralizada ante el tiempo y otra que corría junto a él, ¡difícil de explicar!
ResponderEliminarMuchas metáforas sobre diferentes aspectos de la vida ¿desierto? solo el alma que se sienta seca ante el sol de un hermoso día de verano junto al rió...
ResponderEliminarNo tengo palabras qué decirte, todas ellas son emociones. Es precioso cómo te exhibes en cada pensamiento que dejas por escrito.
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